Hetero, La Villana y el Jefe Final

Capítulo 2: La villana no es una niñita que sólo sabe llorar. Parte 3

— ¡Rey demonio! ¡Rey demonio! ¡Un niño perdido!

Aunque Claude ya está a medio camino fuera de la habitación, la voz que llega desde la terraza lo detiene. Al volverse, la puerta de la terraza se abre y entra un cuervo con pajarita.

Sin embargo, en el momento en que ve a Aileen, se muestra visiblemente asustado.

— ¡Geh! ¡Todavía estás aquí…!

—Cielos santos. Cuida tu lengua, Almendra.

— ¡¿Qué?! ¡No soy una almendra!

—Es tu nombre. Más exactamente, es cuervo que se comió la galleta de almendras y quedó paralizado.

El cuervo la mira con enojo. Sin embargo, Claude pasa junto a Aileen y le tiende una mano.

—No le prestes importancia. ¿Qué sucedió?

— ¡No hay señales de que vuelva! ¡Una cría  de fenrir ha abandonado el bosque!

— ¿Después de aventurarse más allá de la barrera?

Al escuchar el murmullo de Claude, Aileen se voltea hacia Keith.

— Con abandonó el bosque, ¿se refieren al bosque que rodea este castillo?

—Así es. ¿Recuerda que hay una valla antes de entrar en el bosque? Mi amo establece una barrera desde ese punto y observa cada vez que los humanos entran o salen. Para proteger a los demonios de los humanos, ya ve.

— ¿Para asegurar que el pacto de no agresión se cumpla a cabalidad…?

—Veo que está bien informada. Bueno, es natural. Dado que es la hija del primer ministro.

Cuando Claude fue desterrado al castillo abandonado, hizo un trato con el emperador.

No permitiría que los demonios atacaran a los humanos. A cambio, los humanos no atacarían a los demonios. Al sellar ese tratado y aceptar renunciar a su derecho al trono, Claude ganó este castillo y el bosque que lo rodeaba, un lugar donde podrían vivir en paz.

Con solo diez años de edad, había negociado con éxito un tratado con el emperador. Eso por sí solo era suficiente para demostrar que era un individuo inteligente.

Pero… ¿era eso lo que realmente quería?

Aileen es incapaz de llamar ganar a algo como eso, no cuando es necesario hacer un sacrificio tan grande.

Verdaderamente ganas cuando no necesitas de sacrificios.

— ¿Así que la cría de fenrir se dirigió a la segunda capa en dirección este?

—La segunda capa en dirección este… ¿No es ahí donde se encuentran el campo de entrenamiento de los caballeros santos y la academia?

Alucato, la capital imperial, se extiende como un abanico con el castillo imperial en su punto focal y se divide en cinco capas. En términos generales, la primera capa es un distrito residencial donde vive la nobleza, mientras que la segunda alberga oficinas gubernamentales, bancos y otras instalaciones públicas. La tercera es el distrito comercial y la cuarta es el distrito residencial de los plebeyos. La quinta contiene todo lo demás, incluidos los barrios marginales, donde viven los más pobres. El barrio rojo está ahí y la seguridad pública es mala; en cualquier caso, esa es la organización general.

Este castillo abandonado y su bosque están ubicados detrás del castillo imperial y, conectando perfectamente con la forma de abanico de la ciudad, los dos terrenos forman un círculo completo. El bosque no está cercado por los muros que separan cada capa, por lo que es posible entrar o salir de este desde cualquier sección de la ciudad. Dependiendo del lugar, puede que hubiera vallas o muros que intenten bloquean el paso y, letreros que adviertan de no entrar al bosque, pero también hay arroyos y circunstancias geográficas que hacen imposible sellar por completo todas las entradas.

—Vaya lugar al que ir… Los residentes de la quinta capa pasarían por alto a una cría de demonio siempre que no hubiera incidentes notables, pero ese es un lugar complicado y, la gente de la segunda capa seguramente hará un escándalo por esto.

— ¿El príncipe Claude no puede simplemente teletransportarlo a casa?

—Debo poder ver a alguien para poder transportarlo.

Mientras Aileen asiente en comprensión, Beelzebuth extiende sus alas. Son negras y lucen como las de un murciélago.

—Empezaré a buscar.

—Espera. Si los humanos te ven, el alboroto solo empeorará. Iré yo. ¡Usted tampoco puede ir, amo! ¡Su cabello negro, ojos rojos y rostro inútilmente atractivo se destacarán demasiado! ¡El rey demonio es sorprendentemente famoso!

—Pero entonces no tendremos suficiente gente. Ni siquiera sabemos en qué parte de la segunda capa empezar a buscar.

Mientras los escucha, Aileen recuerda algo.

Ahora que lo pienso, ¿no hubo un evento en el que apareció un demonio en la academia…? ¡Sí, estaba en la ruta de Marcus! Si mal no recuerdo, la dama Lilia usó sus poderes de la Doncella de la Espada Sagrada y ayudó a Marcus a derrotarlo, ¡lo que significa que tenemos que darnos prisa!

Tiene la sensación de que el demonio involucrado en ese evento no era una cría, por lo que puede que esto solo fuera una coincidencia, pero ser derrotado significa la muerte. Esa es una pena demasiado severa solo por extraviarse, demonio o no.

Claude, que hasta ahora había permanecido con los ojos cerrados, los abre repentinamente. Aparentemente, había estado usando su magia.

—Todavía no hay ninguna conmoción en la academia ni entre los caballeros santos.

—Entonces, encontrémoslo mientras todavía tenemos una oportunidad. Yo les ayudaré a buscar en la academia. —Aileen alza la mano y todos vuelven la mirada hacia ella. —No parecerá tan antinatural si yo vago por los terrenos de la academia. Además, estoy familiarizada con su distribución. Joven Keith, usted vaya primero a las instalaciones de los caballeros santos.

— ¿Eh? Ah, bueno… Eso sería de gran ayuda, pero…

— ¿Eres tonta, humana? Te harán pedazos. Bebé o no, un fenrir sigue siendo un fenrir.

Beelzebuth se burla de ella. Aileen inclina la cabeza, luciendo perpleja.

—Eso también es válido para el joven Keith, ¿no es así?

—Ese pequeño conoce a Keith y confiará en él.

—En ese caso, préstenme una prenda de vestir del príncipe Claude. Si es una bestia mágica, podré usar el olor para persuadirla de que he venido a buscarla por órdenes suyas, ¿verdad?

Como nadie se opone, asume que su plan es bueno. Sonriendo, Aileen toma la tela que Claude lleva como corbata. Con un ligero frufrú[1], la seda se desliza de su cuello.

—Permítame tomar prestado esto.

Aileen enrolla la tela alrededor de su muñeca.

—Príncipe Claude, ¿puede monitorear mis movimientos? Cuando encuentre a la cría, lo llevaré a un lugar alejado de la gente, por lo que sería maravilloso que viniera a recogerlo rápidamente.

—Sí puedo, pero… No, espera. En primer lugar, no necesitamos tu ayuda.

—No tema. No lo chantajearé para que asista a la fiesta si lo encuentro.

—Entonces, ¿por qué? No tienes ninguna razón para ayudarnos.

Aileen encuentra la pregunta bastante espantosa.

— ¿Qué está diciendo? Está perdido, ¡pobrecito!

—…

—Por supuesto, tengo la intención de que se sienta en deuda y conseguir que asista a la fiesta, pero…

—Por supuesto…

—Sin embargo, antes que nada, me gustaría hacer realidad su deseo.

Claude luce como si lo hubieran pillado con la guardia baja. Aileen lo mira fijamente.

—En cualquier caso, es natural que la esposa del rey demonio vaya al rescate de un demonio, ¿correcto?

—No, espera un minuto, ¿por qué agregaste ese esposa tan casualmente?

—Vamos, príncipe Claude, no se preocupe por trivialidades. Envíeme a la academia.

Trivialidades no es la palabra que usaría.

—Está en la naturaleza humana siempre buscar los vacíos legales. Si lo encuentran, puede que lo maten. Dese prisa.

Cuando los presiona un poco, Beelzebuth se pone pálido y el rostro de Claude se vuelve serio.

Aileen le ha tendido la mano. Claude cierra los ojos brevemente. Luego, como si hubiera tomado una decisión, la toma entre las suyas.

—Entonces, te lo encargo.

Ante esa tosca solicitud, Aileen levanta la mirada, sorprendida, pero todo lo que ve es el familiar jardín trasero de la academia.

El lugar es exuberante, verde y desierto. Mientras mira a su alrededor, Aileen sonríe.

Entonces, te lo encargo, dice.

Es realmente agradable que confíen en ella. Ese sentimiento la ha hecho tropezar antes, por lo que no espera nada de él ahora, pero sí quiere salvar al pequeño demonio perdido.

Estar rodeado de humanos, maldecido y asesinado, cuando todo lo que ha hecho el fenrir es tomar un camino equivocado. Le recuerda a ella misma.


[1] Frufrú es el sonido que hace la tela al rozarse.

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